Anatómicamente, la crural es la rama terminal más voluminosa del plexo lumbar,
nace de las raíces lumbares tercera y cuarta y de paso de la segunda. Está formado por el encuentro de estas raíces en la profundidad del músculo psoas, luego desciende hasta el borde exterior de este músculo en la fosa ilíaca interna, luego por delante del psoas, pasa por debajo del arco crural y entra en el muslo por fuera. vasos femorales y se divide en sus ramas terminales.
CLÍNICA CLÍNICA:
Topografía:
El trayecto doloroso se localiza desde la parte externa del glúteo hacia la parte anterior de la rodilla y luego antero-interno, o incluso a lo largo de la cresta tibial dependiendo si el trayecto es del tipo L3 o L4.
Características :
El dolor generalmente se instala rápidamente, es rápidamente permanente, alcanza una intensidad significativa y muy a menudo tiene un carácter nocturno. Las disestesias son frecuentes y su topografía en la cara anterointerna de la rodilla es un signo de alta afectación radicular.
Examen de columna:
Proporciona pocos argumentos topográficos y etiológicos. La maniobra de Léri (Laségue inverso) puede desencadenar dolor.
Examinación neurológica:
Objetiva el dolor del nervio crural:
– déficit motor muy frecuente que requiere pruebas para resaltarlo, a veces induciendo resbalones y caídas;
– abolición o reducción del reflejo rotuliano, que se buscará por comparación con el lado opuesto;
– Disestesia o hipoestesia de la cara anterior del muslo o anterior de la pierna.
Revisión en profundidad:
Elimina la coxopatía.
Elimina otra neuralgia:
– meralgia parestésica;
– Neuralgia del obturador;
– neuralgia genitocrural.
DIAGNÓSTICO ETIOLOGICO :
El origen vertebral benigno es el más frecuente:
El advenimiento de las imágenes ha hecho posible:
– hacer el diagnóstico de hernia foraminal L2-L3 o L3-L4, o incluso hernia extraforaminal L4-L5 en el origen de la cruralgia;
– evaluar el impacto de un trastorno estático o una vértebra pagética;
– medir la estenosis ductal, particularmente común en L3-L4;
– más raramente, destacan las espondilodiscitis.
El miedo al daño tumoral debe estar siempre presente:
Linfomas, mieloma, metástasis, tumor intraespinal.
La más mínima duda sobre las radiografías estándar lo obliga a pasar rápidamente a exámenes adicionales y, en particular, a la resonancia magnética.
Variadas causas extraraquídeas (trayecto anatómico de la crural):
Deben buscarse en presencia de alguna cruralgia que no cede o si los signos espinales están ausentes desde el principio.
– Una causa visceral, renal, pélvica o ganglionar:
• la ecografía abdominopélvica realizada por un operador experimentado sigue siendo el primer paso de los exámenes adicionales que se solicitarán,
• la evaluación biológica en busca de un síndrome inflamatorio se solicita más rápidamente que en presencia de ciática;
– Una condición vascular: aneurisma aórtico abdominal o disección aórtica, daño vascular compresivo o iatrogénico después de cirugía pélvica;
– un hematoma del psoas excepcionalmente postraumático, esencialmente iatrogénico ligado a un tratamiento anticoagulante desequilibrado a ser provocado sistemáticamente en un paciente tratado con antivitamina K;
– Una enfermedad ósea del fémur destacada por una radiografía femoral o por una gammagrafía ósea.
Causas generales:
– Radiculitis de Lyme.
– Radiculitis por zóster.
– Neuralgias con o sin amiotrofia diabética recordando la importancia de la valoración biológica en las cruralgias. Hay que tener en cuenta que se trata de un diagnóstico de eliminación.
TERAPÉUTICO :
La cruralgia suele ser hiperalgésica y requiere el uso de analgésicos de nivel III con más frecuencia que la ciática.
El tratamiento de la causa suele ser fundamental para lograr la sedación.
Las exploraciones complementarias se prescriben con mayor frecuencia y rapidez que en otras radiculalgias.